Podemos comenzar por analizar las distintas formas en que nos comunicamos. Pensemos que existe una forma verbal y otra no verbal, la primera está referida al lenguaje mientras que la no verbal podemos referirnos a lo gestual.
Por ejemplo ganar un premio nos provoca una sensación de bienestar y placer cuya emoción será de alegría y la manifestamos con risas y aplausos. O si somos acusados injustamente sentiremos enojo y lo demostraremos con un rostro serio, ceño fruncido, enrojecimiento de las mejillas. En ambos casos comunicamos ante la situación nuestras emociones y manifestando corporalmente esas sensaciones.
Los gestos deliberados o no comunican nuestras emociones, es decir, brindamos a los otros información acerca de la situación.
Es muy interesante observar a las personas mas allá de sus palabras y entonaciones (también comunica, alegría, preocupación, enojo, dolor, etc.) su manera de sentarse, de caminar, el movimiento de manos y piernas. A todos estos gestos los debemos considerar como mensajes indirectos concientes o inconcientes del otro.
Sergio Rulicki denomina a los gestos, las posturas, la actitud y al estilo, fuentes de información de la comunicación no verbal, siendo ellos el camino que nos permiten conocer las manifestaciones del otro de una manera más eficiente.
La comunicación no verbal se manifiesta a través de un lenguaje formado por gestos (expresiones corporales).
La Postura será el gesto sostenido por más de unos segundos. La actitud será la repetición de cierto tipo de gestos y posturas mientras que el estilo estará representado por los gestos, posturas y actitudes predominantes o frecuentes.
Volvamos al punto de partida, si un conflicto es una crisis y una crisis es la oportunidad para el cambio, ¿Por qué no empezar a modificar nuestros hábitos?
La respuesta es SI, comencemos por escuchar las palabras y a entender que nos dicen los gestos.
Mejorar la comunicación disminuye los malos entendidos, Ya es un comienzo.