En el día 18 de junio, otra de las representantes de los trabajadores, Esther Galarza, que venía denunciando activamente las malas condiciones de trabajo, la falta de insumos y protección personal, fue despedida por la patronal mientras se encuentra internada con covid positivo. Por lo cual ya son tres los despidos. Es inhumano el accionar de los propietarios de la empresa pertenecientes al grupo BASA, que claramente muestra que nada le importa la vida de sus trabajadores y se da el lujo de despedir a aquellos que se organizan, incluso en plena recuperación de la enfermedad, habiéndose contagiado mientras trabajaba en el centro médico.
No podemos dejar de mencionar que este grupo es dirigido por el sindicato de la UOM y, es allí, donde reciben asistencia médica los trabajadores metalúrgicos. Además, un sindicato que debería garantizar los derechos laborales, es quien está a la cabeza de la persecución, los despidos y ataca la organización de los trabajadores para lograr la representación gremial, ya que no hay delegados. Asimismo, es evidente la complicidad con las autoridades municipales de Tigre, la provincia y el gobierno Nacional que deciden mirar para otro lado.
Desde el Nuevo Más vienen acompañando a las trabajadoras y brindando toda nuestra solidaridad en su apoyo. Consideran que es inminente continuar con las acciones de lucha la semana que viene, con cortes y concentración en la puerta de la clínica para denunciar los atropellos de la patronal y exigir la inmediata reincorporación , convocar a todas las organizaciones y sectores en lucha y estrechar lazos de solidaridad con los trabajadores de la zona.
A continuación difundimos el comunicado de los Trabajadorxs del Centro Médico Talar, junto al testimonio de Esther Galarza, internada con covid-19 positivo.
“El Centro Médico Talar acaba de despedir a Ester Galarza, elegida por nuestros compañeros para que sea su delegada junto a Alejandra Sotelo, Ruth Leites y Flavia Almela, nunca antes hubo delegados en la clínica. Ester se encuentra internada con Covid positivo, se contagió trabajando".
Fue perseguida por denunciar las condiciones en las que trabajábamos, denunciamos desde el primer momento los casos de COVID positivos, Ester hasta llegó a comprar sus propios elementos de protección personal (EPP) porque el grupo BASA no los garantizaba. La negligencia de la empresa llevó a que ya hay cerca de 40 trabajadores del establecimiento infectados con Coronavirus, más nuestras familias que también se infectan, por culpa de la avaricia de empresarios que piensan que los EPP valen más que nuestras vidas. ¡Nuestras vidas importan!
En medio de una pandemia y con el pico cada vez más cerca, nos están despidiendo con total impunidad a Alejandra Sotelo, Ruth Leites y ahora Ester Galarza, porque reclamamos ir al frente de batalla con protección adecuada y por pedir testeos para todos en Centro Médico Talar.
Nos despiden por reclamar por nuestras vidas, por pedir que las ART se hagan cargo, por gritar que Flavia Almela casi muere esperando atención médica. (Todavia no sabemos si llegará también su telegrama en el transcurso del día).