Desde el área Agroservice de KWS, analizaron las posibilidades agronómicas de una implantación muy atrasada del cultivo.
La actual campaña está mostrando aspectos determinantes y de mucho análisis sobre el clima, a la vez que está dejando importantes aprendizajes agronómicos.
Próximamente, se estima que culminará un ciclo caracterizado por una severa falta de lluvias en todas las regiones agrícolas argentinas, cuyo saldo es un gran daño productivo. Se considera que La Niña estará dando paso a una fase neutral del ENSO (El Niño-Oscilación del Sur), luego de tres campañas consecutivas donde las lluvias ocurrieron por debajo del promedio, especialmente para los meses de noviembre y diciembre.
Desde el área de Agroservice de KWS, compañía líder en el mejoramiento y desarrollo genético de maíz para los tres grandes mega-ambientes argentinos admiten que, mientras los productores de la región norte del país están avanzando en la siembra de maíz tardío, en la zona núcleo todavía estaría la posibilidad de analizar una implantación muy tardía del cultivo, para no perder la campaña y aprovechar ciertas oportunidades técnicas y de mercado.
A partir de los ensayos realizados por Agroservice, ellos aportan ventajas y desventajas agronómicas de implantar en enero, considerando que la recomposición de las lluvias sería a partir de febrero.
De todas formas, enfatizan que esto reviste una muy ajustada consideración de distintos factores a tener en cuenta: la variabilidad espacial y temporal, el manejo (fecha de siembra, densidad de siembra y fertilización), siendo esencial la fecha de siembra ya que esta, en conjunto con la definición del híbrido, son los factores que determinan el rango temporal del período crítico.